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jueves, 16 de julio de 2009

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domingo, 29 de marzo de 2009

MUJERES EN EL ARTE

Queremos que veáis este documento de Youtube en el que las mujeres van cambiando según obras de pintura.

DE KOONING



Willem de Kooning es uno de los pintores más importantes del expresionismo abstracto. Entre sus pinturas más importantes destacan aquellas de mujeres que causaron sensación, principalmente porque eran figurativas cuando la mayor parte de sus compañeros expresionistas estaban pintando abstracciones y por su descarnada técnica.
Las composiciones son planas, impetuosas, reflejando una figura degradada de mujer.
El pigmento, aplicado salvajemente, y el uso de colores que parecían vomitados sobre el cuadro se combinaban para revelar una mujer que reflejaba demasiado bien algunos de los más extendidos miedos sexuales del hombre moderno. Amplias sonrisas, dientes brillantes, pechos desmesurados más grandes que las cabezas, y bamboleantes, grandes ojos vacíos, muslos opulentos, parecen representar las más oscuras percepciones freudianas. Se trataría de "una representación simbólica de la mujer como madre nutricia, depredadora y abusiva, una mujer de boca inmensa y mirada implacable, imagen fantasmagórica de la mujer devoradora de hombres".

GUERNICA




En el Guernica de Picasso de 1937 también aparece la figura de la mujer como sufriente de la barbarie humana. Su gran preocupación fue la expresión del dolor, evidente en los numerosos esbozos realizados para la madre con el niño muerto en brazos. Finalmente construyó un rostro desgarrado en el que la forma misma de los ojos parece una lágrima que se desborda más allá de sus cuencas; la boca permanece desmesuradamente abierta, con los dientes salidos y una lengua afilada que emerge desde el interior.

SEÑORITAS DE AVIGNÓN


Las Señoritas de Avignon de 1907 es un cuadro de grandes proporciones (244 x 234 centímetros) que representa a las burdel barcelonés. Picasso rompe con la norma de que una imagen se ha de representar desde un punto de vista único, a la vez que altera la forma tradicional de tratar el desnudo femenino.
Las mujeres se distribuyen en un interior sin profundidad, delimitado por una cortina. Esta cortina genera un espacio indeterminado, que aboca a todas las figuras al primer plano; de manera que parece que las mujeres estén en un escaparate o en un escenario.
Las mujeres están caracterizadas como figuras terribles. Las tres mujeres de la izquierda exhiben orejas largas y ojos almendrados, mostrando dos de ellas, a la vez, el rostro de frente y la nariz de perfil. La figura agachada, inspirada en el arte africano, impresiona por su rostro deforme de ojos fijos y asimétricos, pintados en colores contrastados y por la nariz curvada como una hoz.
Pero lo más revolucionario de esta figuras es que se muestra simultáneamente desde dos puntos de vista, de espaldas y de frente.
Los cuerpos desnudos de las mujeres están encajados y desencajados (los pechos se reducen a agresivas formas geométricas).
No se relacionan entre ellas sino con el espectador, al que interpelan con sus miradas y gestos.

LA RAYA VERDE


La raya verde de Matisse de 1905 pertenece a la corriente pictórica del Fauvismo donde el pintor representa sensaciones o vivencias a través del vigor cromático y da vida y luz propia al cuadro por medio de los contrastes. La elección de los colores es arbitraria, pues no coinciden con la realidad.

Aparece la esposa de Matisse de medio busto para arriba y con el rostro levemente ladeado. A pesar de la intensidad cromática, la obra transmite calma. El artista ha simplificado las formas de su mujer reduciéndolas a lo que es meramente esencial, sin dejar nada gratuito. La raya verde no está situada de forma arbitraria: muestra, en el rostro femenino, la separación entre el espacio iluminado y el sombreado. En lugar de pintar de forma convencional un lado oscuro y el otro iluminado, Matisse traduce la luz a colores, de manera que el lado de tonos fríos simula la parte en sombras y el lado de los colores cálidos, la iluminada.
La intención del pintor al pintar este cuadro no era reflejar el rostro de su mujer, sino reproducirlo tal y como él lo veía; es decir plasmar su propia vivencia interior.
En sus pinturas, redescubría la realidad. Cuando una señora le dijo en una exposición, refiriéndose a la figura femenina: “estoy convencida de que el brazo de la mujer es demasiado largo”, Matisse contestó: “Se equivoca señora, esto no es una mujer, es un cuadro”.

MUCHACHAS CON FLORES DE MANGO


Las Muchachas con flores de mango de Gaughin de 1899. Se trata de una obra en la que los contornos de las figuras están claramente delimitados por líneas negras y donde los trazos curvilíneos (de vestidos, pechos y bandeja) predominan en el cuadro.

Dos muchachas ocupan gran parte de la superficie del cuadro; se muestran relajadas y naturales, lo cual ayuda a fijar la mirada en la bandeja de flores de mango, situado en el centro del cuadro. La ausencia de motivos decorativos en el fondo contribuye a destacar las figuras de las chicas y confiere un cierto aire de intemporalidad a la escena.

Una muchacha tahitiana sostiene una bandeja de flores de mango, mientras otra lleva en sus manos un puñado de flores. Esta obra no es una simple representación de dos mujeres sino la plasmación de la armonía y la sencillez de la vida de su pueblo y de todos los que viven de acuerdo con la naturaleza. Gauguin huyó de la sociedad parisina con el objetivo de encontrar otra que estuviera integrada en la naturaleza, donde la gente fuera más autentica y no estuviera adulterada por el progreso. No tardó en darse cuenta de que lo que buscaba sólo estaba en sus deseos.

LA GRAN BAÑISTA


La gran bañista es una obra de Ingres de 1808 donde aparece la figura de una mujer desnuda, de líneas sinuosas, dibujo exacto y pureza de formas. La composición está dominada por la figura de la mujer desnuda, siendo mínima la escenificación: una cama cubierta por una sábana blanca y un cortinón verde oscuro a la izquierda. El torso femenino está realizado con un gran refinamiento de contornos y de colores. La mujer está iluminada por los reflejos difusos de la toalla y del turbante que limita con líneas arabescas. La luz se concentra en la espalda de la mujer. Presenta el ideal de belleza femenina de Ingres, a pesar de apreciarse algunas incorrecciones anatómicas como la planta del pie hinchada, la excesiva delgadez de las piernas y la ausencia de caderas. Predominan los tonos cálidos de la piel de la mujer, que contrastan con el blanco puro de la sábana y el verde oscuro de la cortina.

LA LIBERTAD GUIANDO AL PUEBLO


La Libertad guiando al pueblo es un cuadro pintado por Delacroix en 1830. "He emprendido un tema moderno, una barricada, y si no he luchado por la patria, al menos pintaré para ella ". Dijo Delacroix refiriendose a esta obra.

Delacroix representa a la Libertad como guía que conduce al pueblo, enn forma de mujer con el torso desnudo. La figura de la Libertad recuerda a la Venus de Milo y a la Victoria de Samotracia.

LA LAVANDERA


La Lavandera de Honoré Daumier de 1863, nos muestra el retrato de las clases humildes parisinas durante el segundo imperio (Un vagón de tercera) donde se aprecia el sufrimiento por el trabajo agotador que desempeñan. A pesar de esto puede apreciarse que la lavandera es fuerte, robusta, lo que reflejaría su consideración como una heroína, un «monumento a la honradez». Este cuadro se trata de una exaltación de la mujer, trabajadora y madre a la vez. Se representa como centro del cuadro a una mujer solitaria y trabajadora, que ha terminado su jornada y sube las escaleras, desde las orillas del Sena, dando la mano a un niño. Va cargada con un fardo en el que lleva ropa. Detrás de ella se ven las casas brillando esquemáticamente a la luz vespertina.

LAS ESPIGADORAS


Las Espigadoras de Millet de 1857. En esta obra se pueden observar a tres campesinas, situadas en primer plano, que destacan con nitidez en un campo de grandes dimensiones donde el sol y el calor hacen todavía más fatigosa la recogida de las espigas. Al fondo del cuadro se observa una pequeña figura a caballo que controla la actividad de los campesinos. Las robustas figuras de las mujeres de la izquierda describen ángulos rectos y se proyectan hacia el suelo, mientras la otra espigadora, al levantar el cuerpo, se orienta hacia arriba y su cabeza queda justo en la línea del horizonte.

Esta obra supone el prototipo de pintura realista ya que aparecen tres campesinas, retratadas sin ningún tipo de idealización que recogen con fatiga espigas al sol. En verano hay que segar el trigo, recoger las espigas y realizar otras muchas labores agrícolas. Por la actividad que llevan a cabo las mujeres y la iluminación de la escena, es posible deducir que el cuadro se desarrolla en esta época del año. La dureza de la vida del campo se encarna en estas tres espigadoras anónimas, que desarrollan un trabajo monótono durante una jornada inacabable y con el convencimiento de que el día siguiente será igual. El lienzo muestra así, una cruda visión de la penosa situación de los campesinos.

La novedad del tema y la conflictividad social de la época hicieron suponer que Millet pintaba con una clara intencionalidad política, cerca del socialismo. El hecho de que representara campesinos, pero no obreros, que tenían un trabajo tanto o más duro, parece contradecir esta interpretación, nunca le interesó el campesinado como clase social: solo se fijaba en la dignidad y el simbolismo de las gentes.

VANGUARDIAS

Hacia finales de siglo y comienzo del siglo XX se podía ver una gran variedad de vanguardias. El punto máximo del individualismo implicaba que cada artista debía promover su propia vanguardia, que afirmaba, de carácter universal y verdadero. El postimpresionismo, el puntillismo, el simbolismo pictórico, el expresionismo, el cubismo, el fauvismo, el surrealismo, el futurismo darían cuenta de una sociedad que vive en la revolución por la revolución, la vanguardia por la vanguardia, la universalidad por la universalidad. Una sociedad donde el los plazos son cada vez más pequeños, el ritmo cada vez más rápido.

REALISMO


La pintura del S-XIX estuvo muy influenciada por el contexto histórico con su historia: se dejó influenciar por el fenómeno político francés, la ruptura con el tradicional artista que muestra lo que la monarquía y su aristocracia pretenden. El mundo no está en orden, y eso pretende mostrar el nuevo arte, al mismo tiempo que propone un nuevo orden: el Romanticismo. Allí donde el Neoclasicismo propone una belleza ideal, el racionalismo, la virtud, la línea, el culto a la Antigüedad clásica y al Mediterráneo, el Romanticismo se opone y promueve el corazón, la pasión, lo irracional, lo imaginario, el desorden, la exaltación, el color, la pincelada y el culto a la Edad Media y a las mitologías de la Europa del Norte.
Hacia mediados de siglo hay una vuelta al Racionalismo como fuente de inspiración. El notorio desarrollo industrial provocado por la Revolución Industrial, sus "efectos secundarios" y la frustración con los estímulos revolucionarios de 1848 llevan al artista a olvidarse del tema político y a centrarse en el tema social.
El manifiesto realista comprende que la única fuente de inspiración en el arte es la realidad, no existe ningún tipo de belleza preconcebida más allá de la que suministra la realidad, y el artista lo que debe hacer es reproducir esta realidad sin embellecerla.

LAS HILANDERAS


Las Hilanderas o La fábula de Aracné representa la joven Lidia junto a la diosa Atenea, a la vez hilando y comparando sus telas. El cuadro representa la escena del mito de Aracne que se describe en el libro sexto de las Metamorfosis de Ovidio.
Velázquez divide la obra en escenas sucesivas, a la manera de aquellos cuadros medievales cuyos grupos han de “leerse” en un orden determinado, como si fuesen páginas de un libro.
Durante mucho tiempo se consideró a esta obra como un cuadro de género en el que se mostraba una jornada de trabajo en el taller de la fábrica de tapices. En primer plano vemos una sala con cinco mujeres (hilanderas) que preparan las lanas. Al fondo, detrás de ellas, y en una estancia que aparece más elevada, aparecen otras cinco mujeres ricamente vestidas, que parecen contemplar un tapiz que representa una escena mitológica.

LAS MENINAS


El nombre de las Meninas le viene porque le fue impuesto referencia a dos personajes que aparecen en él y apoyándose en la descripción que hace el pintor y escritor Antonio Palomino de Velasco (1655-1726) en su obra Museo pictórico. Cuenta el señor Palomino en esta obra que «dos damitas acompañan a la Infanta niña; son dos meninas». (Menina = portugues = paje en femenino; hijas de personajes de la nobleza que entraban en palacio como doncellas de honor de las Infantas).
La pintura se terminó en 1656 y fue muy estimada por la familia rea: los reyes entraban con frecuencia en el taller del pintor, conversaban con él y le veían trabajar. Así surgió la idea de realizar el cuadro tal y como se ve: el lugar de trabajo era una amplia sala del piso bajo del antiguo alcazar que se acopló como taller del pintor = ambiente cotidiano y familiar.

Delante de un gran lienzo aparece Velázquez de pie y con la paleta y el pincel en sus manos, en actitud de trabajo frente a unos modelos cuya identidad se conoce perfectamente. En la lejanía aparecen Felipe IV y su esposa Mariana de Austria reflejándose en un espejo que hay a la espalda del autor. Con este pequeño truco del espejo, el artista consigue que el espectador y su espacio entren en la pintura.

La Infanta Margarita es la figura principal: tiene cinco años y está acompañada de sus meninas y de otros personajes. Va vestida con el guardainfante y la basquiña gris y crema. Es la alegría de sus padres como única superviviente de los otros hijos que fueron naciendo y muriendo (se conservan de ella muchos retratos realizados por Velázquez). La Infanta ha pedido un poco de agua para beber y una menina le ofrece sobre una bandeja una vasija con agua cuando la menina inicia el gesto de reclinarse ante la real persona, gesto propio del protocolo de palacio. Otra menina está al otro lado de pie, vestida con la falda de guardainfante, en actitud también de hacer una reverencia. Hay también una enana hidrocéfala que vemos a la derecha.

REGENTES DEL ASILO DE HAARLEM


Las Regentes del Asilo de Haarlem de Fran Hals de 1664. Esta obra, junto a su pareja Los regentes del asilo de ancianos de Haarlem, es la última gran obra de Frans Hals, constituyendo los últimos ejemplos históricamente significativos de este género de los retratos colectivos o de grupo.

Cinco son las mujeres representadas: la directora del asilo y las cuatro regentes del año 1664 (Adriaentje Schouten, Marijtje Willems, Anna van Damme y Adrianana Bredenhoff).
Todas visten de negro y están retratadas sobre un fondo oscuro, en el que se entrevé una pintura que podría ser el tema del Buen Samaritano, símbolo de la caridad de las regentes.
Las damas, retratadas de manera realista, y sin concesiones, cubren sus cabezas con severas tocas. Destacan sus rostros iluminados así como las golas y los puños blancos.

LA GITANA


La Gitana de Fran Hals de 1628 es un retrato de tipos populares. Destaca el tratamiento de la figura femenina con una serie de hechos: el uso de la luz rasante en el escote, la expresión desenvuelta de la modelo, el carácter provocativo del vestido, su mirada y la boca entreabierta, lo que era insólito en un retrato femenino, ya que nunca se debía representar al personaje sonriendo, ni enseñando los dientes, por considerarse provocativo e indecente.

LA ENCAJERA


La pintura barroca de Holanda del S-XVII se aleja de los componentes característicos de la pintura italiana y española, donde ya hemos dicho que la temática es principalmente religiosa. En Holanda será un arte de temática burguesa y de interiores.
Destaca la obra de Vermeer de Delft llamada La Encajera de 1669. Es una obra típica del autor en la que retrata a un personaje ordinario en la intimidad de sus tareas cotidianas. Se trata de una joven dedicada al encaje, encorvada sobre su trabajo. Su mirada se concentra en la labor y en el movimiento de las manos, que manipulan hábilmente bobinas, alfileres e hilo. Es un tema frecuente porque representa las virtudes femeninas domésticas. Esta representación de la virtud se refuerza en la obra a través del pequeño libro cubierto por tapicería sobre la mesa. Aunque el libro no tiene rasgos que lo identifiquen, casi con seguridad es un libro de oraciones o una pequeña Biblia. La ambientación se reduce al mínimo: un cojín con hilos en el primer plano, la encajera en el segundo y un fondo monocolor.

LAS TRES GRACIAS


Las Tres Gracias de Rubens suponen el tratamiento de una obra de caracter mitológico en una sociedad en la que la representación era eminentemente religiosa.

Con el fin de acentuar la sensualidad de los cuerpos de las tres mujeres, el artista hizo que en las siluetas predominaran las líneas sinuosas.

Las tres jóvenes aparecen entrelazadas formando un pequeño círculo de manera que una de ellas da la espalda al espectador. Las mujeres, rotundas y en primer plano, están desnudas o bien cubiertas por pequeñas gasas. Se aprecia una gran delicadeza en los gestos donde estos personajes femeninos parecen que van a empezar una danza, como indican los pies retrasados.

En el fondo se observa un paisaje idílico con animales que pacen. La escena está enmarcada por una guirnalda de flores, un tronco de árbol y un cupido con el cuerno de la abundancia vertiendo agua.

Ya hemos dicho que se trata de un tema sacado de la mitología griega según la cual las tres gracias (Eufrosina, Talía y Hágale), hijas de Zeus y de la ninfa Eurymona, eran las diosas del encanto, la alegría y la belleza. Solían acompañar a los dioses del amor, Afrodita y Eros, y presidían los banquetes, las danzas y el resto de los actos sociales placenteros. Es probable que las referencias a las fuentes clásicas fuera un pretexto para realizar el estudio del cuerpo femenino desnudo, que Rubens pintó de acuerdo a los ideales estéticos de la época, pero tan lejanos de los actuales.

MAGDALENA PENITENTE


Magdalena Penitente de Pedro de Mena es una obra realizada en madera de cedro (material reservado para las obras excelentes) tratándose de una escultura finamente tallada.

Consigue comunicar el fervor religioso mediante gestos muy meditados: la mano derecha de finos dedos reposa sobre el pecho; la mano izquierda sostiene con fuerza el crucifijo, símbolo de la redención; el cuerpo ligeramente inclinado hacia delante ayuda a centrar la atención en la mirada que dirige la mujer a la cruz en busca de auxilio; en el rostro es donde cuida más los detalles: los labios resecos, la boca entreabierta, los ojos enrojecidos, las mejillas rígidas del llanto y la frente arrugada muestran el arrepentimiento de la joven Magdalena; cualquier indicio de sensualidad queda oculto bajo la túnica de palma, que esconde las formas femeninas hasta el punto de que ni siquiera de insinúan; el sobrio uso de colores más bien oscuros (ocres y marrones rojizos) llamados tierras de Sevilla, realzan la espiritualidad de la obra.

EXTASIS DE SANTA TERESA


El Barroco es el término que da nombre a una corriente artística que se desarrolla tras el Renacimiento (durante el S-XVII y principios del S-XVIII). Está cargado de una fuerte connotación negativa ya hace referencia a una perla de formas irregulares y un tanto deforme. Nace en Italia y se extiende a otros países europeos (Francia, España, Inglaterra y América). Para entender el nacimiento de este arte tenemos que tener en cuenta los siguientes aspectos: reforma protestante; Contrarreforma por medio del Concilio de Trento (al arte será el mecanismo de difusión de los valores religiosos perdidos); Monarquías absolutas; la literatura con el teatro (muchos de los personajes de los cuadros de Caravaggio parecen actores, las construcciones arquitectónicas parecen grandes escenarios teatrales diseñados como fondos para las celebraciones); las crisis políticas (la monarquía hispánica de los últimos Austrias), económicas (bancarrotas), religiosas (Guerras de religión) y los periodos de enfermedades, hambrunas, pobreza suponen un momento de decadencia e inseguridad que se refleja en el arte a través de la búsqueda de lo inestable, el dinamismo, la violencia y el tremendismo.

Esto conlleva a una sensación de pesimismo e impotencia ante una situación con la que el hombre no va a poder y le desborda.

El Extasis de Santa Teresa es una obra de Bernini ubicada en la capilla Cornaro de la iglesia de Santa María de la Victoria de Roma. Bernini une en ella arquitectura, escultura y pintura para formar un verdadero espacio escenográfico (no es posible separar el marco arquitectónico de la obra escultórica).

La capilla, derroche de mármoles y jaspes de colores, recuerda a un teatro en el que el Éxtasis de Santa Teresa hace las veces de escenario.
Santa Teresa, en trance, espera que el ángel de enigmática sonrisa (entre maliciosa y beatífica) traspase su corazón con la lanza de fuego. Santa Teresa escribió al respecto: “Tan real era el dolor que suspiré varias veces en voz alta y, sin embargo, era indescriptible dulce, de forma que no podía desear verme librada de ello”.

El éxtasis conlleva el cuerpo desmayado, el abandono de los pies y manos, la cabeza caída hacia atrás, los ojos cerrados, las aletas de la nariz abiertas y la boca entreabierta en un quejido.

Ilumina la escena una ventana de cristal amarillo oculta, que contribuye a crear la sensación de que el sol se materializa en el haz de rayos dorados que envuelve a los personajes.

VENUS DE URBINO




Además de escenas de la Virgen, en la pintura del S-XVI se retratan otro tipo de mujeres como: “La Gioconda” con su enigmática expresión. La mujer de esta obra se ha identificado desde muchos puntos de vista, desde el ideal de belleza de Da Vinci ( su autor), la amante de Guiliano de Médici o incluso el propio Leonardo.
Otra obra a destacar por el desnudo femenino sería la “Venus de Urbino” de Tiziano.

A partir del primer tercio del S-XVI, se da el Manierismo donde destacan las figuras sinuosas, serpentinianas y estilizadas, como “El rapto de las Sabinas” (1581-1583) , escultura creada por Giambologna, donde con un tema mitológico talla el cuerpo femenino en la imagen de las sabinas.

PIEDAD DEL VATICANO


Una de las representaciones escultóricas que más ha dado que hablar en el arte del Renacimiento es “la Piedad del Vaticano” cuyo autor fue el gran maestro del s. XVI Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564).

La Virgen se encuentra sentada y erguida y sostiene a Cristo yacente en su regazo, sin salirse casi nada del contorno dibujado por María (unión entre la madre y el hijo). La Virgen tiene una mirada baja y la evita hacia el observador – acoge con una mano a su hijo y con la otra nos invita a la adoración. Tiene una composición triangular donde el vestido hace de base de pirámide. El desnudo y estilizado cuerpo del hijo se contrapone con el ropaje de profundos pliegues de la Virgen. La pesadez de la Virgen fuertemente apegada a la tierra con la liviandad del redentor que toca el suelo con el pie derecho. Se produce una perfección anatómica y de los rostros.
Es la única estatua firmada por Miguel Ángel, quien se sintió tan profundamente orgulloso de su trabajo que cinceló una inscripción en la cinta del pecho de la Virgen que decía “Michael Angelus Bonarotus florentin faciebat”.

VIRGEN DEL PARTO


Piero della Francesca realizó numerosas madonnas donde destaca la figura de la Virgen, debido a como hemos comentado antes, que en el S-XV el tema religioso en el arte toma gran relevancia.

Entre sus representaciones pictóricas de féminas destaca la Madonna del parto donde la Virgen aparece con un gran vientre de nueve meses (tema apenas representado en la historia del arte). Aparece parada en el centro de la pintura con un vestido medieval color rojo, llevándose la mano derecha hacia el vientre para señalar el gran desarrollo que ha creado el embrión.

NACIMIENTO DE VENUS


BOTICELLI (1445–1510) realizó una obra donde el centro es la mujer: el Nacimiento de Venus es, junto con la Primavera, un encargo de Lorenzo de Médicis, sobrino de Lorenzo el Magnífico, para adornar Villa di Castello en la campiña florentina. Representa una de las obras cumbres del maestro italiano.

Entre los elementos plásticos, se distingue con nitidez lo que es figura de lo que es fondo por medio de líneas negras que delimitan los contornos de los personajes .El empleo de colores suaves y de una luz uniforme le da un aire irreal. La palidez de Venus y de los personajes femeninos contrasta con la piel más oscura del personaje masculino. El modelado de las figuras es superficial y el resultado es plano. Los cuerpos son delgados y con poco desarrollo muscular si los comparamos con pinturas de otros autores renacentistas.

La Venus se caracteriza por no existir en ella una perfección anatómica: cuello demasiado largo, brazo que se dobla de forma poco natural y hombros excesivamente estrechos y caídos.
La mujer es representada en un paisaje concebido como un marco idealista en consonancia con la belleza de la diosa.
Un símbolo importante que alude a la fertilidad femenina sería la concha.

En esta sección, hemos decidido elaborar un breve recorrido por el arte oriental de los siglos X y XI, que se dio en países como India o Camboya.
Esta extraña elección es expuesta para mostrar obras artísticas relacionadas con la arquitectura (ya que en todo lo mencionado anteriormente, solo se han citado obras pictóricas y escultóricas) y donde la mujer es el centro de la misma. Un ejemplo característico es un templo camboyano que se encuentra en el complejo artístico de Angkor y cuyo nombre es Banteay Srei. Es un templo camboyano del siglo X dedicado a la diosa hindú Shivá. Una peculiaridad de este templo es que fue construido por mujeres. Sus materiales esta formados por arenisca roja y sus relieves y esculturas están trabajadas al detalle y entre sus muros se pueden contemplar figuras tridimensionales magníficamente conservadas. Entre sus relieves se encuentran representaciones de mujeres y diosas de la religión hindú.

MATRIMONIO ARNOLFINI


El Gótico es el estilo artístico imperante en Europa durante los siglos XIII, XIV y XV cuyo nacimiento estuvo motivado por la aparición de una serie de cambios culturales, políticos y sociales concretos. Dentro del gotico, podemos encontrar algunas representaciones cuyas protagonistas son mujeres. Este grupo tambien esta dentro del ambito religioso. En el campo de la escultura, el cuerpo humano se representa de una manera más naturalista, con una mayor fidelidad a la realidad. El canon es más estilizado y los rostros intentan reflejar los sentimientos, al tiempo que los personajes se miran y se sonríen entablando un diálogo (sacra converzacione). Incluso se comienza a representar la belleza.

La mujer experimenta una importante revalorización: deja de ser símbolo de pecado para convertirse en fuente de inspiración. Por un lado se repiten los temas marianos como la Asunción de la Virgen y por otro se interpreta como la personificación de la Iglesia. Será frecuente encontrarla en la escultura exenta con el niño Jesús en brazos, en el parteluz de la iglesia, no como simple trono de Dios, sino como madre que entabla un diálogo con el hijo, que emana dulzura y sensibilidad.

Dentro de la pintura, podemos apreciar que empieza a adquirir cierta importancia y que empieza a adquirir unas caracteristicas propias como los cuerpos, caras y manos adquiriendo corporeidad, ternura y naturalidad. Destaca el tratamiento del color. Nos podemos encontrar algunos ejemplos tales como vírgenes y madonnas.

Estas composiciones sufrieron una continua evolucion a lo largo de todo el periodo del gotico. Cabe señalar una parte de la pintura dentro del gotico: la pintura flamenca. En las composiciones de estas ultimas la mujer es representada con mayor naturalidad y empiezan a realizarse obras profanas como el matrimonio Arnolfini.



El arte románico supone la culminación o síntesis de una serie de corrientes artísticas anteriores: arte romano, islámico, bizantino, bárbaro… dando lugar por primera vez un estilo unitario que desde Francia va calando en el resto de países europeos.
Este arte es un arte eminentemente cristiano por lo que dentro de la iconografía de la mujer nos vamos a encotrar principalmente a la Virgen. Será un arte principalmente didáctico donde la estética pasará a un segundo plano. Estos temas manifestarán las enseñanzas y el adoctrinamiento de la Iglesia: Vírgenes con niño Dios – suele ser una figura sedente, coronada y con niño en el regazo al modo de la theotokos bizantina. La composición es rígida sin haber apenas comunicación entre la madre y el niño.

Dentro de esto podemos observar la presencia de la primera mujer (Eva) con un tratamiento diferente al que recibió la Virgen.
Por arte musulmán se conoce el estilo artístico desarrollado en la cultura generada por la religión islamica.
El arte islámico tiene una cierta unidad estilística, debido al desplazamiento de los artistas, comerciantes, mecenas y obreros. El empleo de una escritura común en todo el mundo islámico y el desarrollo de la caligrafía refuerzan esta idea de unidad. Concedieron gran importancia a la geometría y a la decoración. Los árabes destacaron en diversos campos y la mujer estuvo presente en muchos des ellos, como es el caso de la literatura en la obra de Las mil y una noches donde tiene gran importancia el personaje de Serezade.
El arte musulmán estuvo marcado por las obras arquitectónicas por lo que las otras materias del arte (pintura y escultura) no tuvieron tanta importancia ya que era un arte anicónico. Esto supone la escasa o nula posesión de obras cuyas protagonistas sean mujeres. También hay que comprender las diferencias de la mujer respecto al hombre dentro del mundo árabe ya que esta tenia una posición social inferior.

TEODORA Y SU CORTE


El arte bizantino tiene un desarroll cronológico largo ya que se desarrolla desde la división del antiguo Imperio romano en dos partes por el emperador Teodosio en el año 395: Imperio romano de Occidente e Imperio romano de Oriente. Éste último será el que centre nuestra atención en este momento.
La representación de mujer más importante del periodo será la Virgen María creándose unas tipologías que se mantendrán durante el arte posterior. Podemos destacar a la Virgen dialogando con su Hijo (Eleusa), señalando al Niño como camino de salvación (Hodigitria), la Virgen como trono de su Hijo (Theotokos), acariciando al Niño (Glycofilusa), amamantando al Hijo (Galactotrafusa).

Dentro de las representaciones civiles podemos destacar los mosaicos de la iglesia de San Vital de Rávena, en los cuales aparecen los emperadores Justiniano con su séquito y Teodora con su corte. La expresividad de los rostros (bondadoso el de Teodora y autoritario el de Justiniano) muestra el gran nivel que los autores bizantinos lograron en la confección de los mosaicos. A pesar de esto hay aspectos que recuerdan al arcaísmo griego como los ojos almendrados y los pliegues de las túnicas. Esto le confiere a la obra cierto hieratismo y rigidez.

En el mosaico de Teodora aparecen ésta y su séquito de damas y eunucos en el momento de la ofrenda. La pedrería que exhibe la emperatriz, los anillos y brazaletes de las acompañantes, las suntuosas cortinas y las bellas túnicas dan una idea de la magnificencia de la corte.
En la época romana el tratamiento que el arte le da a la mujer es contrapuesto al que había tenido en Grecia. En Roma aparece un nuevo tipo de representación escultórica:el RETRATO. Será por esto por lo que se perderá ese carácter idealizado de la estatuaria griega.
La moda de la época influye en el tratamiento del cabello que cae en pequeños mechones sobre la frente y la mujer lleva peinado bajo con raya en el centro (Emperatriz Livia).

En los retratos femeninos, se muestra un peinado con el pelo recogido hacia atrás y una especie de tupé (el nodus) sobre la frente. En el retrato femenino, Julia, hija de Tito, va a imponer peinados altos muy llamativos. Ejemplos de estos son, por ejemplo, Julia (hija del emperador Tito) y Octavia

Otra tradición del retrato será la escultura etrusca que entronca con la tradición de las imagines maiorum o mascarillas de difuntos hechas de cera o yeso y tomadas directamente de la cara del difunto, que se perpetúan en Roma y que explican la capacidad de verismo y de realismo físico y gestual. Suelen ser representaciones de busto y hay que destacar que no sólo importante es el realismo físico sino también la captación psicológica.

El mejor conservado del monumento Ara Pacis (monumento conmemorativo construido entre el 13 y el en el 9 a. C. por decisión del Senado, en acción de gracias por el regreso del emperador Augusto tras sus victoriosas campañas en Hispania y Galia, y la paz que éste había impuesto)representa a La Tierra como una mujer con dos niños, flanqueada por los genios fertilizantes del Aire sobre un cisne y del Agua sobre un monstruo marino. Todo ello acompañado de frutos y animales que hacen alusión a la prosperidad proporcionada por la Paz de Augusto.

VENUS DE MILO


Otra muestra dentro del arte griego es la Venus de Milo que aparecerá casi desnuda en contraposición con las características del arte griego: en una de sus manos sostenía una manzana (símbolo de la isla de Milo), aparece descubierta la parte superior del cuerpo mientras que un grueso manto rodea piernas y caderas. Los numerosos y enérgicos pliegues del vestido se contraponen por sus irregularidades a las redondeces de su bellísimo cuerpo.

KORÉ DEL PEPLO


El Kouros y la Koré son los dos tipos escultóricos más importantes de la Grecia clásica: uno representará al hombre atleta griego y la otra a la mujer.
Con ellos, la estatuaria griega empieza a diferenciarse de la egipcia e inicia la elaboración de unos modelos estéticos propios: a principio de la época arcaica, cada uno de los cuatro lados del bloque de mármol se esculpía por separado sin tener en cuenta los restantes, es decir la figura presentaba cuatro aspectos diferentes según se contemplase de frente, por detrás o por los lados. Con el tiempo la escultura adquiriría unidad plástica y una representación realista y personal de la anatomía humana, mejorando la perspectiva y la naturalidad en los cuerpos. Los hombres empezaron a marcar músculos, las formas femeninas se insinuaban debajo de los vestidos, los rostros sonreían con intención…

Podemos destacar la Koré del Peplo con una actitud hierática y una concepción frontal: pies firmemente apoyados en el suelo, ojos almendrados, pómulos salientes, sonrisa forzada y largas melenas de formas geométricas. El grosor del paño de su peplo, con la caída de sus pliegues en vertical, y los detalles del escote y del talle son un alarde de plasticidad, visible también en el modelado de sus facciones. Conserva restos de policromía en los cabellos, ojos, boca y bordados de la túnica.

CARIÁTIDES DEL ERECTEION




Dentro del arte griego nos podemos encontrar con diversas manifestaciones de la mujer como: en la obra del Erecteion pues en el se encuentra un tercer pórtico presidido por el famoso pórtico de las Cariátides (columnas en forma de figura femenina) que se encuentran muy deterioradas y que cuando fueron talladas lucían pulseras y joyas de gran belleza y sostenían sus vestidos con las manos. Los pliegues de la tela, el cabello peinado con trenzas que caen sobre los hombros y otros detalles llenos de sensualidad revelan el gran naturalismo con que fueron concebidas.

¡Cariátide!


Sustráete de la piedra!


¡Rompela cavidad que te aprisiona!


¡Irrumpe en la campiña!


Mófate de las cornisas –mira:


por la barba del ebrio Sileno


desde un eterno tumultuar estremecido


por extraña música gotea vino en su sexo.


Escupe la sed de las columnas:


seniles manos muertas temblaron hacia nublados cielos.


Derriba los templos ante el ansia de tus rodillas que anhelan danza.

sábado, 28 de marzo de 2009

DAMA DE ELCHE


Los íberos eran el conjunto de pueblos que datan del siglo VI al I a. C. que poblaba gran parte de la Península Ibérica, caracterizados por organizaciones políticas y sociales diversas y con un grado de desarrollo tecnológico desigual.
La influencia de tres civilizaciones del Mediterráneo occidental – griegos, fenicios y cartagineses-, cuyo objetivo real era dominar las rutas del metal, realizó el milagro de crear un universo cultural único allí donde había tantas diferencias.

El arte ibero, que se extiende por la vertiente mediterránea y el sur de la península, es la fusión entre la tradición nativa y las aportaciones unificadoras de estos pueblos mediterráneos. Entre sus obras, se encuentra una de las mas importantes y mas significativas cuya protagonista es una mujer. Se trata de la Dama de Elche.

La Dama de Elche data de los siglos V y IV a. C. y es el máximo ejemplo de arte ibero, es la síntesis perfecta entre la tradición indígena y las influencias griegas y fenicias. Se trata de un busto de 56 centímetros de altura, probablemente formaba parte de una estatua sedente (cuyo hueco en la espalda parece destinado a guardar cenizas de un difunto), realizado en piedra porosa, de tonos ocres, típicos de la zona. Presenta restos de color en los labios y en el ropaje.

NEFERTITI



Egipto fue una de las civilizaciones más poderosas y más fructíferas dentro de la historia del arte. La organización social era de tipo piramidal, donde la cúspide estaba ocupada por el faraón que era el máximo poder político y al que se le consideraba un dios. La mujer dentro de esta sociedad estaba sometida a un segundo plano aunque podemos encontrar excepciones como la reina Cleopatra o Nefertiti.

El busto de Nefertiti es una estatua policromada de 50 cms de altura y muestra un cuello de cisne desproporcionado que a pesar de ello, la embellece. La obra fue realizada hacia 1360 a.C. y en ella podemos observar un cutis terso, los labios carnosos y finamente arqueados y los ojos maquillados.

No solo en la escultura destaco el arte egipcio, sino también en otros ámbitos como en la pintura. Dentro de esta ultima nos podemos encontrar obras significativas como la tumba de Nebamun . Obra de hacia 1370 en la que nos podemos encontrar al emperador junto con su esposa. En esta obra se puede observar la distinción social entre el hombre y la mujer, el hombre (el emperador Nebamun) tiene un mayor tamaño que su esposa, esto significa que esta última tiene una menor importancia que su marido. También hay que añadir que el color de piel de las mujeres en las obras egipcias era más claro que la de los hombres, efecto que sirve para diferenciar dentro de las representaciones a ambos géneros.

PREHISTORIA




De la Prehistoria se conservan una mínima parte de las manifestaciones artísticas que se realizaron, ya que los historiadores consideran que antes que manifestaciones materiales debieron existir otras formas de expresión como la música, la danza, la pintura sobre el propio cuerpo.

Durante el Paleolítico el hombre es nómada y depredador y recoge objetos que por su singularidad y belleza le llaman la atención y los coloca en las tumbas de sus muertos. Esto implica ya un cierto sentido estético y una capacidad para experimentar sensaciones ante objetos dotados de ciertas particularidades estéticas. Durante el Paleolítico Superior ya es posible hablar de expresiones artísticas como pequeñas esculturas, grabados y primeras pinturas rupestres.

En el Neolítico se producen cambios entre los que sobresale la creación de la arquitectura, consecuencia lógica del asentamiento permanente de los grupos humanos, es decir el sedentarismo.
Dentro de la Prehistoria nos encontramos el arte mueble, el cual tiene unas particularidades concretas: realizadas de materiales diversos (hueso, asta, marfil, dientes de animales, arcilla, piedras…), técnicas muy diversas (grabado, pintura...), temas (animales naturalistas, figuras humanas y signos cuyo significado no se conoce todavía hoy.

Los ejemplos más interesantes del arte mueble del Paleolítico son las Venus: pequeñas esculturas que representan mujeres desnudas o semidesnudas de exagerados órganos sexuales. En ellas el denominador común es el intento de destacar su obesidad y su sexualidad, mientras que el rostro carece de interés. Son de forma romboidal y su tamaño oscila entre cinco y veinticinco centímetros. Simbolizan el destacado papel que desempeña la mujer en las sociedades paleolíticas y aluden a la importancia de la fertilidad.

Entre las Venus más destacadas, nos podemos encontrar con: Venus de Lespugue, Venus de Laussel, Venus de Willendorf...

EL POR QUÉ DE ESTE BLOG

Este blog tiene dos finalidades: uno, hacer un breve recorrido por la historia del arte teniendo como eje conductor a la mujer; y dos, participar con él en un corcurso promovido por esdelibro.es.
Actualmente, la mujer ha pasado a un primer plano frente a épocas anteriores en la historia. En este trabajo vamos a centrarnos en lo que se refiere a la concepción de la mujer a la hora de ser fuente de inspiración en las obras artisticas.
La mujer siempre ha estado presente en la historia del arte, cabe destacar algunos historiadores de la antigüedad, como Plinio el Viejo en su obra “la Historia Natural” que afirma que la pintura fue una invención femenina: la joven hija del alfarero Butades Sicyonius trazó sobre un muro el contorno de la sombra del rostro de su amado cuando partía para lejanas tierras.
El primer ejemplo de una obra artística en la cual se representa una mujer serían las Venus prehistóricas, que estuvieron presentes a lo largo de todo el paleolítico y el neolítico. La mujer tambien estuvo presente en Egipto tanto en las obras artísticas como en la política ya que algunas reinas llegaron a ser muy famosas como Cleopatra. A lo largo de la antigua Grecia, la mujer adquirió importancia llegándose a aceptar el desnudo de la mujer. A lo largo de toda la Edad Media, el arte estuvo muy ligado a la religión, e incluso en el Gótico la mujer dejó de ser símbolo de pecado para convertirse fuente de inspiración. En el Renacimiento, se volvieron a retomar los valores artísticos de la Antigüedad cobrando también una gran importancia la representación de la Virgen tanto en la escultura como en la pintura. Tambien fueron representadas las mujeres comitentes de las obras, que muchas veces solían ser mujeres. En el Barroco eran muy frecuente los retratos de las familias reales europeas, adquiriendo incluso gran importancia los temas sociales o mitológicos.

Será a partir de aquí donde empezaremos nuestro recorrido por la mujer en el arte...