sábado, 28 de marzo de 2009

PREHISTORIA




De la Prehistoria se conservan una mínima parte de las manifestaciones artísticas que se realizaron, ya que los historiadores consideran que antes que manifestaciones materiales debieron existir otras formas de expresión como la música, la danza, la pintura sobre el propio cuerpo.

Durante el Paleolítico el hombre es nómada y depredador y recoge objetos que por su singularidad y belleza le llaman la atención y los coloca en las tumbas de sus muertos. Esto implica ya un cierto sentido estético y una capacidad para experimentar sensaciones ante objetos dotados de ciertas particularidades estéticas. Durante el Paleolítico Superior ya es posible hablar de expresiones artísticas como pequeñas esculturas, grabados y primeras pinturas rupestres.

En el Neolítico se producen cambios entre los que sobresale la creación de la arquitectura, consecuencia lógica del asentamiento permanente de los grupos humanos, es decir el sedentarismo.
Dentro de la Prehistoria nos encontramos el arte mueble, el cual tiene unas particularidades concretas: realizadas de materiales diversos (hueso, asta, marfil, dientes de animales, arcilla, piedras…), técnicas muy diversas (grabado, pintura...), temas (animales naturalistas, figuras humanas y signos cuyo significado no se conoce todavía hoy.

Los ejemplos más interesantes del arte mueble del Paleolítico son las Venus: pequeñas esculturas que representan mujeres desnudas o semidesnudas de exagerados órganos sexuales. En ellas el denominador común es el intento de destacar su obesidad y su sexualidad, mientras que el rostro carece de interés. Son de forma romboidal y su tamaño oscila entre cinco y veinticinco centímetros. Simbolizan el destacado papel que desempeña la mujer en las sociedades paleolíticas y aluden a la importancia de la fertilidad.

Entre las Venus más destacadas, nos podemos encontrar con: Venus de Lespugue, Venus de Laussel, Venus de Willendorf...

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